La Legión Perdida

Campaña archivada. Pathfinder 1ª Ed.

Los vientos helados han empezado a soplar desde las montañas del Espinazo del Mundo, llevando su frío aliento por todo el Norte y la Costa de la Espada. Su llegada señala el comienzo de las últimas semanas del año 109 del antiguo Cómputo del Norte.

La región ha permanecido relativamente en calma durante muchos meses, aunque no han sido desconocidos ataques ocasionales de corsarios luskanitas o de barcos largos de hombres del norte. Asimismo, las Montañas Nether siguen siendo un hervidero de orcos que amenazan las áreas vecinas, un recordatorio de que todo tipo de criaturas y seres peligrosos viven en la Frontera Salvaje. Sin embargo, los oráculos de diversos templos y los adivinos en sus torres de magia arcana han señalado la llegada de portentos que sacudirán esta parte de Faerûn, poniendo a prueba a sus habitantes. Ya desde hace meses, las caravanas y bardos itinerantes traen noticias preocupantes de tierras lejanas: terribles tormentas que se abaten sobre el Gran Desierto de Anauroch o rumores de criaturas de ultratumba y otros seres oscuros que han puesto en jaque al lejano Reino de Cormyr.
Pero las gentes del Norte y la Costa de la Espada temen una amenaza más próxima. En los primeros días del mes de Martillo, una estrella fugaz descendió fulgurantemente en el cielo nocturno, pudiendo ser vista desde Nuncainvierno hasta Lunaplateada, e incluso desde la lejana Aguasprofundas. Semejante hecho sólo puede augurar que se avecinan grandes eventos, pero nadie puede aventurar si traerán dicha o desgracia.

La estrella caída no ha sido el único suceso misterioso acontecido este año. Desde hace semanas, las caravanas han sufrido ataques más violentos y numerosos por parte de trolls y otros seres de los Páramos Eternos. Es raro que estas criaturas se alejen tanto de sus guaridas y mucho menos que emigren de estos territorios baldíos.
Por otro lado, en distintas ciudades y villas de la región se han encontrado hombres y mujeres deambulando sin recuerdo alguno, como si su memoria les hubiera sido arrebatada. Algunos han sido piadosamente acogidos por los templos o los vecinos locales, pero ninguno ha sido capaz de explicar lo ocurrido. Estos extraños ataques se han ido propagando creando una sensación de inquietud en la población, que teme que pueda tratarse de una enfermedad mágica, una maldición divina o los ataques de algún tipo de ser oscuro y demoníaco. La creciente paranoia ha provocado también que algunos de los afectados sean rehuidos por las gentes como si su condición pudiera contagiarse, e incluso en algunos casos las asustadas masas han tratado de linchar a alguno de los pobres amnésicos.

Se aproximan tiempos de cambio. Un cambio que muchos temen que pueda cambiar para siempre la faz de Reinos.