Reino de Sombras

Campaña activa. Pathfinder 2ª Ed.

Han pasado siete años desde que la maldición se abatió sobre Cormyr. Ataques de no muertos se sucedieron a lo largo de los meses por toda la nación. Los Dragones Púrpura y los Magos de Guerra, ayudados por valientes aventureros, lograron derrotar a los seres de ultratumba y proteger a la población. De no haber sido por su providencial intervención, incontables vidas se habrían perdido. Todo culminó hace ahora casi un año en una épica victoria frente a un ejército de muertos vivientes al sur de los Picos Piedravelo. Desde entonces, no ha vuelto a producirse ninguna agresión o avistamiento destacable. Una incómoda calma se ha extendido, aunque el reino se ha mantenido alerta, porque la sensación palpable que todos tienen es que el peligro no ha pasado todavía.

Algunos sabios mencionan que un misterioso cuerpo celeste ha comenzado a vislumbrarse en ciertas noches, frío y lejano. Muchos han sido tomados por lunáticos, dado que otros eruditos niegan la existencia de ese extraño cometa que se parece aproximarse poco a poco. Los clérigos de Helm, el Dios de los Guardianes, cuyos paladines de la Orden de los Ojos Vigilantes han conseguido el permiso real para establecerse en el Castillo Puertabatalla, aseguran que presagia el resurgir de un poder sombrío, y se preparan ante la llegada de lo que denominan el Ojo de Myrkul.

Durante este tiempo, Azoun IV, de la Casa Obarskyr, se ha sentado en el Trono de Dragón. El nuevo rey ha tenido que madurar con rapidez. Además del peligro de los no muertos, se ha enfrentado al ataque de una flota pirata en sus costas, a la ira de las gélidas fatas ancestrales del Bosque de Hullack, y a horrores primitivos que acechaban en las profundidades del Pantano Vasto. Ha vencido a los incursores goblinoides de las Marcas Pétreas, y sobrevivido a las intrigas de organizaciones oscuras como el Zhentarim, el Culto del Dragón, los Druidas de las Sombras, o los asesinos de los Cuchillos de Fuego. Para muchos entre su pueblo, «Sus Cormytas», es un símbolo al que aferrarse para sobrevivir en estos tiempos de oscuridad.

No obstante, todavía hay esperanza entre las sombras. Las proezas de varias de las compañías aventureras al servicio de la corona han servido de acicate para muchos jóvenes locales, así como para gentes que llegan de más allá de las fronteras con la aspiración de forjarse un futuro y obtener fama, honores y riqueza. Entre los ancianos, corre el rumor de que se ha visto en varias ocasiones al mismísimo Dragón Púrpura, un ser legendario bajo cuya imagen se levantó el estandarte del reino. Es más, ha empezado a circular una antigua profecía que menciona el retorno de un héroe de antaño, quien con sus capitanes se enfrentará a los antiguos enemigos de la tierra. Que este relato sea una mera historia que contar alrededor del fuego o la forja de una auténtica leyenda hecha realidad ni siquiera los dioses parecen saberlo…